martes, 6 de diciembre de 2011

GRACIAS por esas COSAS que no se pueden CONTAR.

No puedo decir nada más. GRACIAS. 

Este sábado celebramos mi fiesta de despedida. Con un mes de antelación, pero justo en navidades habría sido difícil reunir a todos mis amigos. Vinieron unas 25 personas, y adoro a cada uno de ellos.
Cenamos en el kebap de siempre, y fue un poco locura y risas, ya que eramos tantos, que la pobre camarera no atinaba con lo que cada uno le había pedido, y creo que al final sólo nos comimos el kebap tal y como lo habíamos pedido dos personas, entre ellas yo! 
Me encantó esa noche, hubo un poquito de mí para todos, y aunque algunos no se conocían, acabaron hablando y bailando todos con todos. Gracias por hacer tan especial esa noche.
Como toda fiesta de despedida, llegó el momento triste de la noche. El dueño del local donde estábamos, Bombay, sacó su mini portátil a la barra, y todo se pusieron alrededor de mi. Empezó a sonar una canción y un vídeo con título "Despedida de Leti". NO. Leyendo la primera frase empecé a llorar como una tonta. Había fotos de todos, de hace años, de hace dos días. De toda mi gente, de mis distintos grupos de amigos. Cuando terminó, había unos cuantos llorando, como se puede comprobar, yo la que más, y empecé a abrazar a todo el que vi sentimental. Son muchos momentos y muchos recuerdos que se quedan aquí, y momentos que voy a pasar un año sin todos vosotros. Gracias a toda esa gente que está a mi lado, que me tiene un sitio, aunque sea pequeñito, guardado en su corazón, porque para mi todos vosotros significáis muchísimo. Y a todos y cada uno de vosotros os voy a echar muchísimo de menos.
Y especialmente, mis niñas, todas vosotras, sois lo que me da la vida, me sacáis una sonrisa únicamente existiendo y queriéndome como me queréis. No os imagináis lo feliz que me hace formar parte de vuestras vidas, y lo orgullosa que me siento de formar parte de las vuestras.


Y cómo no, mención especial a mi little sis, y el momento, para mí, más duro de la noche, cuando la abracé mientras ambas llorábamos, y lo más duro de mi marcha, despedirme de ella. Es lo que más quiero en este mundo. Y lo que me hunde cada vez que pienso en que voy a estar un año fuera.

Gracias a todos por regalarme esa noche, esos momentos a vuestro lado. Un rinconcito en vuestro corazón.
Ya sabeis que a New Jersey se va también un pedacito de todos vosotros :)

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